Novellana (Cudillero)- Playa del Silencio-Novellana
Datos de la ruta: Circular; Longitud: 6 km; Desnivel: 225 metros; Fácil
Comenzamos nuestros paseos por Asturias con una ruta circular en el concejo de Cudillero que tiene un poco de todo, tramos por bosque, tramos por pista y sobre todo unas impresionantes vistas al mar Cantábrico: Novellana-Playa del Silencio o Gavieiru-Novellana.
Desde la iglesia de Novellana caminamos unos 200 metros por la carretera n-632 dirección al pueblo de Castañeras. Al llegar a la curva, hay un grupo de casas y entre ellas un camino que baja adentrándose en el bosque.
Por este sendero recorremos 1,18 km y en el 0,96 km vadeamos el reguero del prao Llagón, que dependiendo de la época del año en la que se realice la ruta, llevará más o menos agua, pero que con la ayuda de una buena vara y pisando en las piedras adecuadas no supondrá el mayor problema.
El final del sendero nos devuelve a la carretera n-632 que seguimos hasta el pueblo de Castañeras, lo atravesamos y seguimos las indicaciones hacia la playa de Gavieiru, también conocida como playa del Silencio.
Este trayecto de la ruta va por una senda ancha, sin ninguna dificultad y desde lo alto ya se puede divisar la playa de La Ribera del Molín. En este punto del relato debemos decir que las playas de esa zona son espectaculares por lo agreste de sus acantilados pero que nadie espere encontrar playas de arenas doradas, en general son playas de cantos rodados.
Una vez recorrido 1 km desde Castañeras, llegamos al mirador de la Playa del Silencio, lugar ideal para descansar, desconectar de todo, disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor.
En este punto tenemos dos opciones, bien bajar los ciento y pico escalones hasta la playa o bien continuar ruta por un sendero que nos sale a la derecha y atraviesa una pradería y de nuevo vadeamos el reguero del prao Llagón en su otro extremo.
Un poquito más adelante nos encontramos con otro punto mágico de la ruta, la Cala del Riego, con sus dos ojos grandes ojos azules.
Otro lugar que bien merece una parada y descanso, pues lo que ya nos espera después es una subida bastante pronunciada que nos devolverá, tras unos metros más de caminata, al punto de partida, Novellana, pueblo que bien merece una visita con sus casas de indianos y bicicletas multicolores por doquier.